From Bark to Bottle fue presentado el pasado jueves en la Casa de Cultura de Gerona de la mano de la Cork Forest Conservation Alliance, Two Birds One Stone y el Consorcio de Les Gavarres.
El sector corchero y el turístico se unen para ofrecer un producto global a todos aquellos visitantes interesados en descubrir una cultura única de la cuenca mediterránea, la corchera. From Bark to Bottle ve la luz como un viaje lúdico que combina actividades relacionadas con el mundo corchero, así como otras que servirán para descubrir los valores más atractivos de cada territorio visitado. El proyecto nace con la intención de reconocer y mostrar los grandes beneficios vinculados al uso del corcho mediante una experiencia ecoturística que recorre algunas de las zonas productoras más emblemáticas de España: Extremadura, Andalucía y Cataluña.
A través de esta experiencia, se busca que los viajeros comprendan las relaciones entre los elementos que caracterizan a los territorios corcheros; disfruten de su patrimonio natural, cultural, gastronómico… de sus gentes y paisajes; en definitiva, que vivan estos territorios, reconozcan sus valores y sean capaces de promocionarlos a su vuelta.
La propuesta surge de inquietudes compartidas entre dos entidades. Por un lado, la Cork Forest Conservation Alliance, que de manera altruista y movida únicamente por su respeto y amor hacia los alcornocales, tuvo la idea inicial y actúa como promotora de la iniciativa. Y por el otro, Two Birds One Stone, compañía con la misión de ofrecer experiencias ecoturísticas basadas en el conocimiento del medio natural y patrimonio cultural asociado. Asimismo, en el proyecto también están involucrados propietarios de fincas, gestores, trabajadores de campo, guías, alojamientos, administraciones, denominaciones de origen, bodegas, museos…
Cabe destacar que durante la presentación, de la mano del Sr. Patrick Spencer, fundador de la Cork Forest Conservation Alliance, descubrimos el porqué decidió que era necesario que los viajeros de los Estados Unidos aterrizaran en los territorios corcheros, y es que en ese país, se cree que el corcho es un producto que daña los bosques. Tienen la errónea creencia que para obtener el material y finalmente el tapón de corcho o cualquier otra de sus aplicaciones, es necesario cortar el árbol.
Así, poco a poco, el Sr. Spencer puso hilo a la aguja para llegar a materializar el proyecto, que se concreta en la realización de viajes ecoturísticos, buscando siempre la minimización de los impactos, ambientales y sociales; aumentando la conciencia y el respeto por el ambiente y la cultura; ofreciendo experiencias positivas y beneficios financieros directos para la conservación y aumentando la sensibilidad de los turistas hacia el país anfitrión, en este caso, España.
En una fase inicial, se plantea la visita de tres zonas citadas anteriormente, Extremadura, Andalucía y Cataluña, ya que son referente mundial por cantidad y calidad del corcho que producen, así como las diferencias ecológicas, culturales y de gestión que presentan entre ellas, sin olvidar la importante riqueza patrimonial que las caracteriza.
Para el proyecto, es imprescindible que los viajeros tengan la oportunidad de vivir en directo las tareas asociadas al descorche, por lo tanto, el periodo adecuado será entre los meses de mayo y agosto. La experiencia se desarrollará a lo largo de once días, de forma genérica, y el itinerario comienza en Madrid, con la recepción del grupo de turistas y posterior traslado a Extremadura (entorno de la Sierra de San Pedro y Mérida). La siguiente etapa tendrá lugar en Andalucía (entorno del Parque Natural de Los Alcornocales y zonas costeras de Cádiz y Málaga). Finalmente, el viaje acaba en Barcelona, después de las actividades llevadas a cabo en Cataluña (entorno del Espacio Natural de Les Gavarres, Girona, Costa Brava y Sant Sadurní d’Anoia).
Los viajeros a los que se dirige esta experiencia son fundamentalmente de Norte América, en línea con los propósitos y ámbito de actuación de la organización que promueve el proyecto. Su perfil es caracterizado por su interés en vivencias originales, fuera de los circuitos turísticos habituales y con un planteamiento responsable, ambiental y socialmente hablando. Así, son personas que valoran en gran medida que las experiencias en las que participan estén vinculadas o repercutan en la conservación del patrimonio natural y cultural de los territorios que visitan y disfrutan descubriendo costumbres, gastronomía, artesanía, etc.
Los grupos estarán formados por un mínimo de 8 personas y un máximo de 10 (excepcionalmente 12), acompañados siempre por un representante de la Cork Forest Conservation Alliance y un especialista de Two Birds One Stone. Puntualmente, además, se sumarán al grupo responsables en la gestión del proyecto a escala territorial o que coordinen alguna de las actividades.
En el caso de Cataluña, por ejemplo, cabe destacar la colaboración como responsable territorial del Consorcio de Les Gavarres, entidad de referencia que se encargará de proponer y orientar al gestor del proyecto sobre las actividades, proveedores y programa de viaje más adecuado; así como del acompañamiento si fuera necesario, el contacto con entidades locales, etc.
Fuente: Cork Forest Conservation Alliance y Two Birds One Stone