El Parque Natural de Los Alcornocales ocupa un 70% de este municipio gaditano, lo que sitúa a la villa como una de las zonas de producción corchera más pujantes de Andalucía.
Hasta mediados de septiembre, los Barrios será escenario de uno de los oficios más antiguos y, a la vez, uno de los espectáculos más esperados de todo el año. Todos los veranos, las cuadrillas se desplazan hasta el Parque Natural de los Alcornocales para descorchar los árboles y recoger el material que después trasladan a lomos de las mulas. Esta localidad gaditana se ha convertido en una de las zonas de mayor producción de corcho y hasta allí se acercan los turistas para ser testigos de primera mano de esta actividad tan particular.
Amanece en el Parque Natural de los Alcornocales y las cuadrillas se ponen en marcha para que dé comienzo una intensa jornada de trabajo. Todos los años, alrededor de estas fechas y hasta mediados de septiembre, los habitantes de Los Barrios se preparan para el descorche, una tradición milenaria y un espectáculo que merece la pena contemplar al menos una vez en la vida.
Con una gran delicadeza, tal y como manda la tradición, los trabajadores penetran en este entorno natural repleto de alcornoques y van quitando poco a poco la corteza de los árboles. El golpeteo acompasado de las hachas hundiéndose en la piel de estos árboles se entremezcla en armonía con el sonido de los cascos de los mulos, o con algún que otro cante espontaneo, porque si algo no falta en el descorche, es el buen humor y las ganas de pasar un rato agradable.
Esta tarea que lleva desempeñándose desde hace décadas, es una labor de gran relevancia social, ya que en todo el proceso es imposible sustituir la mano de obra humana por el trabajo de una máquina. La fase más delicada en todo el proceso es el propio descorche de la piel del alcornoque, ya que depende del buen hacer de los trabajadores la propia vida del árbol, la calidad y cantidad de las planchas y los posibles desperdicios que se generen.
Antes de proceder a la pela del alcornoque, los corcheros realizan un estudio rápido de la corteza del árbol para efectuar los futuros cortes con el hacha. Posteriormente, comienzan a extraer los trozos de corcho que las mulas se encargarán de trasladar una vez el proceso haya finalizado.
No cabe duda de que esta tradición centenaria otorga un carácter particular y único a la localidad gaditana de Los Barrios. Es una experiencia única e irrepetible que se da en muy pocos lugares, una muestra de que existen regiones en nuestro país que continúan apostando por el mantenimiento de los antiguos modos de hacer.